miércoles, 21 de octubre de 2009

LUNA

LUNA
… Y miro hacia el cielo, y veo,
Una inmensa esfera que contiene luz divina
Del instante, del momento, del suspiro.

Sé que estás ahí, que nunca te irás;
Que siempre permanecerás para ser admirada,
Admirada por quién anhela y ama.

Tú, mi mayor debilidad, eres plasmación del que quiere,
Plasmación del que susurra,
Plasmación de la vida.

Tú, siempre alerta al llamamiento del deseo,
Del fuego que hoy en mi corazón arde,
Del SUEÑO que mantiene distancia corta con el firmamento.

La noche es larga, la noche es bella y suave,
Suave como el terciopelo que en mi alma flota,
Que en mi alma vela, que en mi alma calla.

Sólo cuando la nube se sobrepone, ante la hermosura
Que Dios te ha otorgado, mi sentimiento se encoge,
Y se encoge porque te vas y me dejas.



¡No me dejes, no!
¡No me dejes, LUNA mía!
¡No te vayas!, pues te vas y me quedo sola y desamparada.
Sola y desamparada…

Eres mi único respirar,
Cuando en la garganta el nudo formado está,
Cuando la niebla se adentra en mi ser,
Cuando la sensación de libertad,…tenuemente se va.

Sé que nuestra amistad no se desvanecerá,
Que el sentimiento que entre las dos,
Por inculcación sobrenatural fijado,
No nos defraudará.

Ya comienzan a bailar contigo la danza del Alba,
Las estrellas fulminantes que reunidas en tu nombre
Obedecen al canto de las aves nocturnas
Y al silbar del viento.

¡Ay!, LUNA mía, ya empieza a hacer eco el amanecer,
Y a vestir el cielo con sus galas blancas;
Pero yo volveré cuando la luz se apague,
Para susurrarte al oído, el grito silencio de mi alma.

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