martes, 29 de diciembre de 2009

PETER PAN

Dicen que la infancia marca todo ser, todo corazón, toda alma ...y que así, de esta manera evolucionamos, maduramos en nuestros días.

Es cierto, no hay que perder el niño que llevamos dentro, la inocencia, la frescura, ...avivando SIEMPRE lo que somos en esencia, ...pero claro está, el seguir hacia delante es más que importante, necesario, y más que necesario, vital, de lo contrario, estaremos estancados en arenas movedizas que nos atraparán sin ver más allá.

Las comodidades de niño, las diversiones de los juegos, los entretenimientos varios son lastres que a una edad dícese "madura" hacen que uno no se transforme, que no se transfigure hacia una fundamental honorabilidad, hacia una vida construyendo en pilares familia, sosteniendo nuestro IDEAL y avivando con fuerza una existencia hacia un más.

Es verdad, los amigos están muy bien de fiesta, el pasar tiempo solo también, los hobbies y la práctica de los mismos es estupendo, ...pero el abuso de todo esto, el exceso de mirarme al ombligo, ...conforma una tapadera de una vida evolutiva.

Peter Pan ha de alojarse en el país de Nunca Jamás y llamarlo para cuando se le requiera ...y cuando no, ...que se quede en su casa para poder divisar el horizonte de nuestros días ...sin perderlo de vista.