Recuerdo las excursiones en coche que hice con mis amigas de toda la  vida recorriéndonos kilómetros de aquí para allá. A veces bastaba  echarse a la mochila una muda, un par de bocadillos y ¡ale! a ver  paisaje. Y mientras tanto el hilo musical no faltaba, no fallaba, no se  descuidaba, este High de Lighthouse Family.
Todo un himno que invita a escalar alto, a no perder la ilusión, ni la inocencia,  ni la capacidad de sorpenderse. Para nosotras y para mí, aún, un  sobresalto para no perder el norte de los sueños, de saber que somos más  que intelecto, que conformamos ideales de vida y además que siendo uno  mismo hasta se puede respirar. Eso es, no mermarse aunque el horizonte  se pierda y aunque las fotografías cambien a blanco y negro con el paso  de los tiempos, y digo yo: ¡qué más da!
Es verdad, no los puedo obviar, quedan vacíos, soledad y otros  menesteres que, intentando que no sean lastres, son parte de uno mismo,  parte de mí aunque de piedras en ocasiones se trate. Pero, como  comunmente se pronuncia: c'est la vie!
High, volar, seguir adelante y creerse, creerme que justo ahí está y es mío ...¡a cruzar los dedos!
jueves, 3 de marzo de 2011
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ResponderEliminarAlta, alta no sé...pero GRANDE sí que eres y mucho. Hoy que ha sido un día regular de ánimo, que Paco aún por un precioso motivo (está en el cursillo) no está a mi lado, tú, Corpus, me has invitado con tus palabras a la serenidad. Ese "a veces solo bastaba echar en la mochila una muda y un par de bocadillos y ¡ale! a ver paisaje" me ha recordado que tengo que disfrutar de lo que tengo, pero sobre todo, de lo que soy en este preciso momento y que no yo, sino Dios proveerá.
ResponderEliminar¡Gracias preciosa! Ojalá pueda ayudarte a volar siempre alto.
Un fuerte abrazo y un beso muy grande.